Arde Australia, bueno en parte, porque en su zona sur se está quemando y al norte sufre inunda-ciones debiudo a las fuertes lluvias; es la época de los monzones en el Pacífico.
El tema de los incendios forestales es muy similar en casi todo el primer mundo, (Grecia el año pasado, California varios años seguidos, etc.) pues hay una mala gestión de las masas forestales.
Hasta hace unas décadas se recorrían kilómetros buscando leña para alimentar el hogar , cocinar calentarse, carbón vegetal y otras aplicaciones. Se masificó el gas ( limpio, cómodo y bastante se-guro) y se dejó de peinar el monte en busca de combustible. Era un sistema de selección natural pues eliminaba los restos vegetales más sólidos y dejaba la hojarasca que se convertía en humus, o sea, abono orgánico de primera calidad. Y, en caso de incendio, ardía como pasto sin apenas dañar la masa arbórea. Esos tiempos ya pasaron, y ahora no es rentable para nadie andorrear por el monte recogiendo aquí y allá cuatro palitroques que no generan cifras , no es beneficio mesurable.
Pues los grandes bosques son una riqueza inmensa en ecosistemas, y en oxígeno para mantener la vida a flote; amén que donde hay vegetación llueve más , pues la humedad que despide atrae las lluvias. Si están descuidados, si no se purgan llegan a alcanzar una masa crítica que los convierte en tea, y en días de calor extremo la misma reverberación solar puede prender la chispa fatal.
Cada vez están más cercados por la presión humana
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