lunes, 15 de junio de 2009

borborescencias

Puede el tiempo incierto apagar mi aliento, pero mientras un fino rayo de luz por mis pupilas asome, me quedará la satisfacción de vibrar ante cada soplo de viento solar.
Que las constelaciones acometan su danzar y los bribones empiecen a temblar, pues en la hora del eclipse Atlantis va a retornar, sonriente, con esa candidez sabia que posee la niñez, y fuerte, rugiente, por esa centuria que se hizo silenciar.
Mares de lava, nubes sulfúricas, relámpagos y temblores transformarán en agua calma y lluvia de maná. Pero el tiempo incierto no se marchará pues su labor es por la vida velar.

No hay comentarios: